Habitualmente colaboro con Amnistia Internacional enviando cartas a las "Autoridades Gubernamentales" responsabilizándoles por personas que se encuentran en situación irregular. Una de las últimas que me ha llegado a sido esta:
Abdullah Saleh al-Muhanna, alcalde jubilado de Al Jober, ciudad de la Provincia Oriental de Arabia Saudí, se encuentra detenido en la comisaría de policía local por haber hecho la oración del viernes en su casa con miembros de la comunidad chií. El 25 de mayo la policía le pidió que se presentara en la comisaría y lo detuvo nada más llegar allí. Está detenido por haberse negado a firmar un documento en el que se compromete a no volver a celebrar ritos de oración en su casa. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia.
Hace un año, las autoridades comunicaron ya a 'Abdullah Saleh al-Muhanna que no celebrara la oración del viernes en su casa sin pedirles antes permiso. Desde entonces, él y otros miembros de la comunidad chií de la Provincia Oriental solicitaron reiteradamente el permiso de las autoridades tanto para celebrar servicios religiosos como para construir una mezquita donde hacerlo. Según fuentes de Arabia Saudí, las autoridades no respondieron a ninguna de sus solicitudes, por lo que 'Abdullah Saleh al-Muhanna decidió seguir organizando los ritos de oración en su casa.
El 7 de junio o hacia esa fecha, 'Abdullah Saleh al-Muhanna vio que no podía mover los dedos. Padece problemas de salud, incluidas una enfermedad cardiaca, diabetes e hipertensión. Cuando pidió atención médica, los agentes de la comisaría le dijeron que podían llevarlo al hospital, pero sólo si iba inmovilizado con grilletes, a lo que él se negó. No se sabe si se le ha prestado esa atención en la comisaría. Se teme por su salud.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
La gran mayoría de los ciudadanos saudíes son musulmanes sunníes, y el credo oficial del Estado es la doctrina wahhabí del islam. La práctica pública de otras doctrinas que no sean el islam sunní está prohibida en Arabia Saudí. Incluso si las practican en privado, los miembros de otras doctrinas están expuestos a sufrir persecución por ello.
El Estado considera el islam chií incompatible con el wahhabí e impone restricciones a su práctica. Los miembros de la comunidad chií pueden ser víctimas de detención arbitraria, y el temor a sufrir persecución les impide practicar su fe libremente. Los que son detenidos suelen ser recluidos sin cargos y están expuestos a sufrir tortura u otros malos tratos.
El 14 de marzo de 2009, al informar de las detenciones de miembros de la comunidad chií, el ministro del Interior dijo: "Los ciudadanos tienen derechos y deberes; sus actividades no deben contradecir la doctrina de la Umma. Es la doctrina de los sunníes y de nuestros rectos antepasados. Hay ciudadanos que siguen otras escuelas de pensamiento, y los que son inteligentes deben respetar esta doctrina".
Vía: http://www.es.amnesty.org/
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